miércoles, 19 de septiembre de 2012


El objetivo del taller es invitar al participante a preconcebir y contextualizar una imagen a partir de un texto: así  mismo como la búsqueda de diferentes soportes y técnicas que se puedan aplicar en una ilustración editorial. 





Viajar es muy útil, hace trabajar la imaginación. El resto no son sino decepciones y fatigas. Nuestro viaje es por entero imaginario. A eso debe su fuerza. Va de la vida a la muerte. Hombres, animales, ciudades y cosas, todo es imaginado. Es una novela, una simple historia ficticia. Lo dice Littré, que nunca se equivoca.
Y, además, que todo el mundo puede hacer igual. Basta con cerrar los ojos.
Está del otro lado de la vida.- Louis –Ferdinand Céline.

Es relativo hablar de la bipolaridad que desarrolla un artista en el Distrito Federal.  Oscila entre convertirse en una suerte de Lot y perder individualidad o enajenarse ante la infinidad de posibilidades a un precio que la psique debe pagar.

Esto deviene a una crisis de identidad que pervierte a sus protagonistas.  Llámenme ideatico .

Fui invitado a participar con unos de mis talleres de ilustración literaria a Culiacán, ciudad a la que jamás había visitado y no hubo decepción alguna. Una de las aristas de la creatividad se desarrolla  con el intercambio de ideas, así que, compartí con los talleristas los métodos que he aplicado a mi forma de trabajo y la recepción fue favorable. Tuve la misma impresión del proyecto de Cuadrante Creativo y su agenda incluyente de actividades, es objetivo en cuanto a la generalidad de temas.

El hecho de existan espacios  culturales descentralizados con un método babilónico que rompe con la monopolización del saber y las fórmulas , que suman el conocimiento colectivo de diferentes artistas donde el estigma que los une es el oficio y beneficia de modo heterogéneo: da continuidad  y extiende  la formación normativa del genuino interés  del “saber cómo”.

Por otro lado, aparte de comer excelentes tacos, visitar el jardín botánico, fue una de las experiencias más gratas de mi visita. Así como, compartir conceptos y problemas con artistas que viven y trabajan en la ciudad. De esta forma, viajar, como reza el epígrafe de la novela Viaje al fin de la noche, resulta útil para ambas partes, yo me quedo con la idea de regresar a Culiacán en algún momento y si soy invitado por Cuadrante mejor aún.

Gustavo Abascal